J.C. Ryle
El amor que es la gran característica del Evangelio, el amor que va vinculado a la perfección, el amor sin el que un hombre no es nada ante los ojos de Dios, ese amor es explicado aquí plenamente y se insiste en él con fuerza. ¡Bueno le habría sido a la Iglesia de Cristo haber estudiado los preceptos de su Maestro en este pasaje con más detenimiento y haberlos observado con mayor diligencia!
… Quizá los discípulos habían preguntado a quién debían amar. Les ordena: “Amad a vuestros enemigos, haced bien a los que os aborrecen; bendecid a los que os maldicen, y orad por los que os calumnian”. Su amor debía ser como el suyo para con los pecadores: altruista, desinteresado y no movido por una esperanza de ser correspondido. Quizá los discípulos le preguntaran cómo debía ser este amor. Debían sacrificarse y negarse a sí mismos: “Al que te hiera en una mejilla, preséntale también la otra; y al que te quite la capa, ni aun la túnica le niegues”. Debían ceder mucho y soportar mucho para mostrar amabilidad y evitar contiendas. Debían renunciar aun a sus derechos y someterse a lo erróneo antes que despertar rencillas u ocasionar luchas. En esto debían ser como su Maestro: sufridos, mansos y de corazón humilde.
Extracto de Meditaciones sobre los Evangelios, Lucas 1-10 por J.C. Ryle. Copyright © 2002 por Editorial Peregrino. Todos los derechos reservados. Usado con permiso del editor.
Recomendación
Si el mejor modo de entender la fe cristiana es leer los Evangelios, se deduce que los libros que siguen a estos por orden de importancia habrán de ser aquellos que ayudan a entender mejor esos Evangelios.
Al advertir esta necesidad en su propia congregación, J.C. Ryle escribió sus Meditaciones sobre los Evangelios, que se han extendido por todo el mundo durante más de un siglo sin que haya disminuido su popularidad ni su utilidad.
Las palabras “claras y directas” de Ryle son también un gran estímulo para la lectra de la Biblia. Si bien su objetivo principal es ayudar al lector a conocer a Cristo, tiene además otra idea en mente: escribe de tal manera que su comentarios puedan leerse en voz alta para otros. Al contrario de lo que sucede con muchos autores, su obra es igual de buena escuchada que leída. Hay muchos otros comentarios a los Evangelios más extensos, pero ninguno resulta tan fascinante de escuchar, ya sea en familia, en grupos o a través de la radio, como los de J.C. Ryle.
Disponibles en Cristianismo Histórico.

febrero 8, 2025