Quita de mi el oprobio y el desprecio, Porque yo guardo tus estatutos (Sal. 119:22). Una persona que se convierte a la fe cristiana puede ser ingenua y esperar que...
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Quita de mi el oprobio y el desprecio, Porque yo guardo tus estatutos (Sal. 119:22). Una persona que se convierte a la fe cristiana puede ser ingenua y esperar que...
Tú reprendes a los soberbios, los malditos, que se desvían de tus mandamientos (Sal. 119:21). El cristiano fiel debe tener siempre en mente el verdadero carácter de los que, desde...
Quebrantada está mi alma Anhelando tus ordenanzas en todo tiempo (Sal. 119:20). “Avaricia sagrada” es la impresionante frase que C. H. Spurgeon utilizó en un sermón sobre este versículo (“Holy...
Peregrino soy en la tierra, no encubras de mí tus mandamientos (Sal. 119:19). Para bien o para mal, la imagen de usted mismo afecta a sus oraciones, si ora, y...
Abre mis ojos, para que vea las maravillas de tu ley (Sal. 119:18). Algunas oraciones bíblicas son tan intemporales y generales que los santos las adoptan y se las ofrecen...
Haz bien a tu siervo; que viva, Y guarde tu palabra (Sal. 119:17). La frase “vida abundante” es corriente en el pop-cristianismo; por ejemplo “Centro de Familia Vida Abundante” como...
Me regocijaré en tus estatutos; No me olvidaré de tus palabras (Sal. 119:16). Como ocurre en las escrituras con muchas de las declaraciones del alma piadosa, este texto presenta inmediatamente...
En tus mandamientos meditaré; Consideraré tus caminos (Sal. 119:15). La devoción bíblica incluye una vida de reverente contemplación o meditación, con la atención fijada sobre las palabras exactas de las...
Me he regocijado en el camino de tus testimonios Más que de toda riqueza (Sal. 119:14). Todos amamos ciertas cosas y odiamos otras, y nuestro estado de ánimo varía en...
Con mis labios he contado todos los juicios de tu boca (Sal. 119:13). Un eco realmente bueno puede ser una experiencia inolvidable. Los mejores duran mucho y tienen una alta...
Bendito tú, OH JEHOVÁ; Enséñame tus estatutos (Sal. 119:12). Una vida de genuina piedad puede resumirse en alabar a Dios y aprender de Él. Estas dos cosas son mutuamente simbióticas:...
En mi corazón he guardado tus dichos, Para no pecar contra ti (Sal. 119:11). Toda la riqueza de este mundo no puede convertirte en una mejor persona. Ser rico no...
Con todo mi corazón te he buscado; No me dejes desviarme de tus mandamientos (Sal. 119:10). “Bien está lo que bien acaba.” Este cliché es verdad, y en nada es...
¿Con qué limpiará el joven su camino? Con guardar tu palabra (Sal. 119:9). Este es el primer versículo de la segunda sección de ocho, y donde cada uno de ellos...